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Historia 1

Sec. espagnole > Histoir(e)(ia) > Historia



Hace ahora siete años que Jose Manuel Pérez Carrera, Jefe de Estudios entonces de la Sección Española del Liceo Internacional Honoré de Balzac, me pidió que escribiera la Historia de la misma para incluirla en una publicación conmemorativa del décimo aniversario del Bachillerato Internacional de la Sección del Balzac. En aquel momento, por razones económicas, la publicación no vio la luz. Este curso, con objeto de la celebración del 20 aniversario de la Sección Española, nuestro Director actual, Fernando Huerta, me ha pedido que la actualice. Mi implicación en la Sección Española desde su nacimiento, es decir hace casi un cuarto de siglo, como profesora de Geografía e Historia, me impide adoptar una actitud objetiva de historiadora. Así, la historia presentada será incompleta, parcial, presentará incluso imprecisiones y algunos olvidos. Además, debo aclarar que algunas observaciones y comentarios son estrictamente personales: espero que quienes me conocen, habituados a mi carácter vehemente y a mi forma de ser, me perdonen, pues si la expresión escrita me permite moderar mis impulsos, siempre queda algo de pasión entre líneas.

La Sección Española cuya historia voy a relatar tiene el honor de haber sido la primera Sección Internacional de París. Tuvo unos comienzos muy modestos en un pequeño colegio del distrito XVII, pero tras su implantación posterior en el liceo-colegio Honoré de Balzac, establecimiento de sector del distrito XVII, ha llegado a ser auténticamente “balzacienne” y ha vivido al ritmo de este gran navío que es el Balzac. La Sección ha servido de estímulo a otras que han nacido al lado de las secciones generales, y, durante todos estos años, a pesar de las dificultades, ha conservado un espíritu que la hace, además de la más antigua de París, una institución viva y atrayente.



LOS ORÍGENES DE LA SECCIÓN


La experiencia pedagógica de las Secciones Internacionales nació pensando en una minoría de alumnos. A partir de los años 80 comenzó a difundirse el modelo.


Reseña histórica de las secciones internacionales


El modelo de Saint Germain-en-Laye

En la enseñanza pública, tanto en la región parisina como en el resto de Francia, el modelo de las Secciones Internacionales ha sido el Liceo Internacional de Saint Germain- en-Laye, creado después de la Segunda Guerra Mundial, en el año 1952, y destinado en sus orígenes a la minoría formada por el personal de funcionarios y diplomáticos de lengua inglesa en Francia. El objetivo que se buscaba con esta institución era dar a los alumnos extranjeros en Francia, además de una educación bilingüe (en francés y en otra lengua extranjera), un acercamiento a dos culturas que les permitiera desempeñar en el futuro el papel de interlocutores en cualquier ámbito de las relaciones internacionales. Los alumnos, al finalizar sus años de escolaridad, se examinaban voluntariamente de las pruebas del bachillerato francés, de los exámenes de sus países respectivos, del bachillerato franco-alemán, o del BAC Internacional privado de Ginebra. El Liceo de Saint Germain- en-Laye empleó a profesores extranjeros, aunque la mayoría fueron profesores franceses que conocían ampliamente las referencias culturales de alguna de las secciones extranjeras. Las enseñanzas se dirigían a alumnos con nacionalidad mixta, a extranjeros residentes en Francia, o a franceses que habían residido en el extranjero. Aunque siempre ha sido un establecimiento público, algunas secciones han pedido una participación financiera a los padres para pagar a los profesores extranjeros cuando los gobiernos respectivos no enviaban profesores.
Esta enseñanza internacional
se ha desarrollado poco en el sector público, salvo en aquellas zonas fronterizas donde se repetían las condiciones de Saint Germain: Ferney-Voltaire, para el personal del CERN; Estrasburgo, para los funcionarios del Parlamento Europeo… Sin embargo, muchos establecimientos privados, a petición de los padres de alumnos, han imitado este modelo educativo, desarrollando el aprendizaje precoz de una lengua extranjera. Ahora bien, la enseñanza privada ha abierto esta posibilidad a aquellos alumnos cuya única lengua de partida era el francés. Un ejemplo es la escuela inglesa bilingüe Jeanine Manuel, en París.


El decreto de 1981 que creaba las Secciones Internacionales y el interés de España
El impulso de la construcción europea fue una evidencia durante los años 80, así como la internacionalización de las relaciones económicas y humanas. Para Francia resultó urgente aumentar el número de personas capaces de dominar otras lenguas y culturas. Gracias a las leyes de 11 de mayo de 1981 se crearon en la enseñanza pública francesa las Secciones Internacionales, en las escuelas, los colegios y los liceos, para preparar a la Opción Internacional del Bachillerato (OIB). Se trataba de un BAC francés de sello internacional, cuya parte no francesa debía ser negociada con cada país extranjero interesado. Así, a los exámenes de Lengua materna y Geografía e Historia, se correspondían pruebas de lengua y literatura, y geografía e historia en la lengua del país de cada sección, y la preparación de las mismas estaría garantizada por profesores especialistas, tanto franceses como extranjeros, durante todos los cursos de la enseñanza secundaria.
Estas secciones estaban pensadas para alumnos franceses y extranjeros. La excepcionalidad de los centros capaces de ofrecer estas enseñanzas explica que la admisión de alumnos se haya liberado de la zonificación escolar por distritos, es decir, que una Sección Internacional pueda recibir alumnos de toda una academia o región escolar. Por otra parte, las directrices pedagógicas y legales, según períodos o lugares, han fluctuado mucho, variando el perfil de los alumnos admitidos en las Secciones: bilingüismo total tanto escrito como oral; bilingüismo parcial, con dominio del oral; y, en fin, apertura a los alumnos francófonos que contaran con enseñanza extranjera precoz desde la primaria o con refuerzos específicos en el colegio.
El gobierno español, que había implantado cursos complementarios en Francia desde los años sesenta para ayudar a los alumnos hijos de inmigrantes, al ver que el movimiento migratorio descendía, quiso reconvertir parte de su potencial educativo desarrollado en Francia en un esfuerzo nuevo y constructivo. Así, se acogió a la oportunidad de la ley francesa de 1981, entonces en preparación, e implantó la sección española en Saint Germain-en-Laye, desde el curso escolar 1980-1981. Al comienzo del curso de 1983 fue en París, y en 1984 en Estrasburgo. El gobierno español se mostró muy receptivo a estas iniciativas y su interés quedó confirmado posteriormente, pues a día de hoy existen trece Secciones Internacionales españolas en Francia.


El nacimiento de la sección internacional española de París. El colegio Berthier. 1983-1986


Los orígenes de la Sección Española fueron modestos, pero la máquina se puso en marcha en seguida y el movimiento se fue acelerando. Mme. Maraninchi consigue abrir la Sección en1983.


Madame Maraninchi abre una sección en 1983

El decreto de 1981 tuvo poco eco en París, donde no parecía haber mucho entusiasmo en lo referente a la enseñanza pública internacional. Así pues, el nacimiento oficioso de la Primera Sección Internacional Española en París, se debió a la iniciativa de Mme. Maraninchi, entonces principal del colegio Berthier (después, Boris Vian). Este colegio formaba parte de los establecimientos parisinos de estatus municipal. Era un centro periférico con tres pisos de ladrillo, construido antes de la segunda guerra mundial, como otros situados a lo largo de los bulevares de los Mariscales. Tenía unos pasillos estrechos, un patio como los de las escuelas primarias tradicionales y un salón de actos. La cantina había sido renovada en forma de autoservicio, con pequeños muretes de ladrillo, que dividían a los alumnos en grupos. El colegio Berthier albergaba a una pequeña familia.
Mujer simpática y dinámica, Mme. Maraninchi, gran amiga de España, tuvo que vencer muchos obstáculos para lanzar la Sección Internacional Española. Apoyada por la
Mairie de París y la Inspección Central Española, consiguió comprometer en su impulso a la Embajada de España y a los padres de alumnos españoles. Durante los dos primeros cursos fueron dos profesoras quienes impartieron su magisterio, primero en sixième (1983-1984), y después en sixième y cinquième (1984-1985). La profesora enviada por la Embajada de España el primer curso, doña Marisol Solano, era una mujer menuda, rubia y rebosante de vida, cuyo marido trabajaba en la Embajada como secretario del Consejero de Educación. Después, en el curso 1984-1985, llegó María Jesús Cebrián, esposa del Consejero Agustín Delgado y madre de dos gemelas de Primaria que unos años más tarde frecuentarían las clases de la Sección en el Balzac. El ritmo de vida de Marisol Solano no le impedía consagrar gran parte de su tiempo a la Sección. Además de su dedicacion a los cursos complementarios para españoles del distrito 17, informaba y convencía a los padres de alumnos españoles para que llevaran a sus hijos al Berthier. Por su lado, su marido se encargaba de defender ante el nuevo Consejero de la Embajada el interés de esta sección y de las Secciones Internacionales en general.
Al comienzo del curso 1983 la clase de sixième se inició con una decena de alumnos, de los cuales algunos de origen iberoamericano no conocían el francés, otros venían de Primaria del
Berthier, otros, de origen español, procedían del mismo distrito y algunos más, del anexo del establecimiento en la calle de Saussure. Al curso siguiente, el nuevo sixième y el cinquième que empezaba tenían aún pocos alumnos. Fueron éstos los que Mme. Solano llevó a Granada en el primer viaje de la Sección.
La segunda profesora, Mme. Gutiérrez, profesora de letras en la enseñanza francesa casada con un español y perfectamente bilingüe, fue una madre no sólo para su hijo, que era alumno en la sección, sino también para todos sus alumnos. Ella se encargó por iniciativa personal de una función que no fue oficializada hasta mucho más tarde: la enseñanza en francés, con los métodos propios de Francés Lengua Extranjera (FLE), de los alumnos españoles o latinoamericanos que tenían dificultades comunicativas.


1985-1986: Una sección entera en el colegio Berthier

En septiembre de 1985 comenzaba el tercer curso oficioso de la Sección Española, que contaba ya con tres niveles, sixième, cinquième y quatrième. Dado el éxito de la experiencia, las familias que tenían hijos estudiando en el Colegio español de la Calle de la Pompe, en el distrito 16, se animaron a entrar en la Sección. Esta fue la causa de que se creara una clase de troisième. Sus comienzos fueron muy difíciles, porque los alumnos habían recibido una enseñanza exclusivamente española y los programas no se correspondían con el sistema francés. Sin embargo, cuatro años más tarde, fueron estos alumnos los que integraron la primera promoción del BAC Internacional Español, demostrando así el entusiasmo de todos y el trabajo efectuado. Fue en ese curso cuando Mme. Arroyo, Presidenta de Honor de la Asociación de Padres de Alumnos, inscribió a su hija Cristina, como alumna de troisième. Madame Arroyo, que se ocupaba de la Asociación de Padres de Alumnos de la calle de la Pompe, había llevado con ella a algunas familias que inscribieron a sus hijos en troisième y quatrième, contribuyendo así a aumentar los efectivos de la naciente Sección Española. Llegada al Berthier, se comprometió durante años en la defensa de la sección, coincidiendo con la escolaridad, primero de su hija, y después de su hijo, Carlos. Su trabajo y el de Mme. Solano condujeron a que cuatro años más tarde del comienzo de la Sección hubiera en troisième 31 alumnos; otros 31 en quatrième; y en cinquième, 27. La Sección había empezado a andar.
Mme. Solano continuó en el curso 1985–1986 la enseñanza de la Lengua y Literatura Española pero, al aumentar el número de clases, fue designado como profesor de Geografía e Historia un joven colega, don Eugenio Darriba, joven algo severo, pero sonriente y relajado. Originario de Palencia, había estado ocho años en Francia como profesor de clases complementarias de español y venía a desempeñar su último año en el país adscrito a la Sección. La Geografía y la Historia no eran su especialidad, pero se puso al día rápidamente, y posteriormente, una vez de vuelta en España, decidió seguir sus estudios en este campo del saber.
De manera paralela, la Administración francesa creó oficiosamente una plaza de Historia-Geografía en francés y fue así como, en 1985, llegué a la Sección Española. A partir de ese curso, el nuevo equipo empezó a interesarse de manera más específica por las características del funcionamiento de una Sección Internacional, particularmente en lo que se refiere a la asignatura de Geografía e Historia. El comienzo del programa, sin ninguna directriz por parte de la Administración, se fue haciendo con el espíritu propio de pioneros. El Rectorado de París había realizado durante el curso anterior una primera división del programa entre los contenidos franceses y españoles. Dicho programa presentaba unas soluciones extremadamente simples.Todo lo que hacíamos tenía como modelo el trabajo de Saint Germain y toda la infraestructura a nuestra disposición se reducía a una máquina de reproducción de alcohol y de un único retroproyector, que felizmente nadie me disputó.
Al final del curso, sabiendo de la existencia de la Orden de 2 de mayo de 1986, que establecía el programa específico del Brevet Internacional, procuramos que lo pasaran los alumnos de
troisième, aventura de la que salimos bien parados. Y fue también durante este curso, cuando la Sección Española fue oficialmente reconocida en el Colegio Berthier, por el Ministerio de Educación Nacional, en la Orden de 17 de diciembre de 1985. La Embajada de España, que pagaba ya a los profesores españoles, dotó entonces a la Sección de una biblioteca y de un presupuesto anual bastante generoso para organizar actos culturales y viajes a España.
Durante ese año escolar, además, descubrí las fiestas de la Sección. Primero la
galette royal, y después el espectáculo de final de curso con la correspondiente obra de teatro, endiabladas danzas españolas, cantos y toda la efervescencia de los jóvenes alumnos bilingües (en el sentido peyorativo del término, ya que hablaban por dos). El equipo educativo se volcó igualmente en la fiesta de carnaval en el colegio de la Pompe y así descubrí también la Embajada de España.
En junio se organizó en Berthier la fiesta de las Asociaciones de padres españoles en París, por iniciativa de Madame Maraninchi. A la cabeza de los padres de alumnos de la Sección estaban Mme. Solano y Mme. Arroyo, con el acuerdo del Sr. Delgado. Mucho trabajamos aquel año, pero el ambiente de la Sección me había conquistado, pues siempre me ha atraído el movimiento…
En fin, Marisol Solano y Eugenio Darriba nos abandonaron para volver a España. Así fue como organizamos la primera comida de despedida a los profesores españoles de la Sección a la que han seguido otras muchas. Estas fiestas, con su sangría manando por doquier, sus tortillas, sus empanadas, han contribuido a crear un espíritu de confianza recíproca entre los profesores, la administración, el personal en general, los alumnos y los padres. El escenario estaba creado: La Sección Española. Desde el curso 1985-1986 había encontrado su marco institucional y se preparaba para seguir nuevos derroteros.


Binomio Berthier - Balzac y preparación del traslado definitivo al Balzac. 1986-1988
El gran ajuste entre los establecimientos de Berthier y Balzac para ubicar definitivamente la Sección fue un período lleno de obstáculos y problemas.


1986-1987: Un nuevo equipo, los secondes entran en el Balzac

Al comienzo del curso 1986-1987 llegaban a la Sección nuevos colegas españoles para reemplazar a los que nos habían dejado y además para cubrir los horarios nuevos, correspondientes al aumento del número de clases. Al ser reconocida oficialmente la sección en Berthier, se creó una plaza para un profesor francés de Sección Internacional Española en función de las horas disponibles en el colegio. Para impartir lengua y literatura en el Colegio hasta quatrième, fue nombrado don Eliseo Fuentes. Este profesor permaneció cinco años en la Sección. Menudo, delgado, siempre alegre, joven de espíritu, con un dominio perfecto del francés y cursando además estudios universitarios en Francia. Fue capaz de seducir no solamente a los alumnos, que han usado y abusado de su gentileza, sino a todos los miembros de la comunidad que se han acercado primero a Berthier y después al Balzac.
Como profesor de Geografía e Historia venía Javier Merino, desde Zaragoza. Alto, de carácter fuerte, con gran talento de organización, trabajador infatigable, nos hizo vivir a todos a tope. Con él la Sección pasó de una fase familiar a otra de estructura más organizada. El profesor de Lengua y Literatura para seconde, fue el Sr. Rojón que dio clases en El Balzac sólo en seconde y la mayor parte de su trabajo se desarrolló en el INBAD, es decir, en la enseñanza a distancia española. Me lo han descrito como un hombre bajo, con barba, muy simpático. La plaza de profesor de francés le fue atribuida a Claire Rousselin. Venía con sus hijos y su marido, periodista en Le Figaro, desde un destino en Washington, pero había enseñado también en Madrid en una escuela infantil privada. Claire Rousselin, delgada y rubia, era tranquila y serena; reservada al principio, estaba llena de vida y de humor.
Entre los responsables principales de la elección del
Balzac, como centro donde ubicar la Sección, que tenía la ventaja de la proximidad a Berthier, hay que citar a Mme. Abry, Proviseur del Liceo Balzac desde 1983. Mme. Abry quería luchar contra la disminución de efectivos de su establecimiento, producido en gran parte por las consecuencias de la separación de las Academias y por la dificultad de reclutamiento en la banlieue próxima, que había sido, en origen, el vivero de este centro periférico. La vocación lingüística del Balzac, su espíritu de apertura, todo permitía esperar que el brote agarrara. Este deseo fue recogido por la alcaldía de París, que había presidido con Mme. Maraninchi el nacimiento de la Sección Internacional en París, la primera en aquel momento. La alcaldía de París preveía la renovación del conjunto del establecimiento con los fondos del Departamento (para el colegio) y de la Región (para el Liceo). Otra responsable fue Mme.de Panafieu, diputada del distrito XVII, quien desde esta época tomó la bandera en favor de las Secciones Internacionales del Balzac. En fin, la señora Arroyo que animaba a los padres de alumnos del Berthier y cuya hija pasaba a seconde, actuó en este sentido, ayudada por la señora Solano y su marido que mediaba ante el señor Delgado en la Embajada. Fue así como aquel año, de manera oficiosa, se creó una clase española de seconde internacional en el Balzac, bajo la protección de Mme. Abry, la Proviseur, y de Mme. Cauchoix, censor. El traslado de los alumnos se preparó, por parte francesa, por Mme. Claudine Belot, profesora de letras en el liceo Balzac, que me vino a visitar a Berthier para informarse de las características de la sección y sobre el grupo que iba a llegar a seconde, y por la parte española, por el nuevo equipo, y en particular Javier Merino, que llevó adelante la adaptación al Liceo.
Los alumnos de seconde que llegaron entonces al liceo Balzac no encontraron el establecimiento tal y como está hoy en día. Hallaron unos suelos hundidos, paredes tristes e instalaciones vetustas. La adaptación resultó bastante difícil para el único grupo de la Sección, aislado en este enorme edificio. Después del ambiente familiar de la calle de la Pompe y del
Berthier el cambio resultó muy duro, pero no mucho más de lo que resulta para todos los colegiales que llegan a un gran liceo. Javier Merino, M. Rojón y Mme. Belot fueron los profesores que les guiaron por el Balzac. En el colegio vimos menos a Mme. Maraninchi, que preparaba un nuevo destino. Fue la Principal adjunta, Mme. Foucault, quien dirigió durante aquel curso el colegio. Al final de año, Mme. Maraninchi, la Principal que había estado en los comienzos de la Sección Internacional Española, se marchaba al Rectorado de París. Se había pasado página. La sección, que con los secondes había ya franqueado el puente del liceo y miraba al Balzac, había dejado el colegio con la salida de Mme. Maraninchi, su fundadora.

1987-1988: La preparación del traslado del colegio Berthier al Honoré de Balzac

En el liceo Balzac, bajo la dirección de Madame Abry, teníamos ahora seconde y première, sin que fueran oficialmente reconocidos por la administración francesa. En el colegio, Mme. Boiché, que venía de una plaza en Marruecos, fue la nueva Directora. Había optado a este puesto en Berthier, pensando utilizar su experiencia en el extranjero para ponerla a disposición de la Sección Internacional española. El equipo de la Sección no cambió en lo que se refiere al colegio Berthier, pero en el Balzac, Isabel Berrocal, joven de pelo corto y castaño, reemplazó al Sr. Rojón en las clases de Lengua y Literatura para seconde, première y troisième de Berthier. Nos veíamos poco y fue sobre todo en el viaje de la Sección del colegio-liceo y de la preparación del mismo cuando la conocí mejor: tranquila, juiciosa y sonriente. Recuerdo, sobre todo, un trabajo sobre textos y poemas sobre Federico García Lorca, con el que nos obsequió una noche en el Albergue de Juventud de Granada, recreando el momento del asesinato de este gran poeta en los primeros días de la guerra civil.
Javier Merino era ahora Jefe de Estudios de la Sección, el primero en el tiempo. En este segundo curso estaba perfectamente adaptado y desplegaba una intensa actividad en favor de la sección
Berthier/Balzac. Fue entonces, bajo la dirección del Consejero de Educación de la Embajada de España, cuando se organizó la coordinación de las secciones españolas existentes. Se hicieron dos reuniones sobre ciencias sociales a las que asistieron profesores franceses y españoles de las nuevas secciones internacionales a fin de intercambiar nuestras experiencias y evaluar las necesidades. Mi papel, a título puramente privado, fue sobre todo el de aportar aclaraciones sobre la enseñanza francesa, cuyos arcanos escapaban a los que venían del otro lado de los Pirineos. Estos contactos, organizados por la Embajada de España, que tuvieron su continuidad en otros, como nuestra participación en los primeros coloquios de Saint Germain-en-Laye, fueron los únicos a los cuales los profesores franceses de la Sección Internacional española de París asistieron durante todos estos años, con excepción de dos jornadas en 1995 a las que me referiré más tarde. Es interesante señalar que durante el curso 1987-1988, es decir, cuatro años después del comienzo, fue cuando entré en contacto con el Decano de la Inspección General de Geografía e Historia, M. Garrigue, de origen catalán, con motivo de una visita a la sección española creada en el liceo de Saint Germain-en-Laye. “Me alegro de saber que hay en su colegio una sección franco-española…”, me dijo, entre otras cosas.
Javier Merino organizó el segundo viaje de la sección internacional para troisième de Berthier y seconde del Balzac. Viaje heroico de 12 días de duración en los meses de abril y mayo de 1988, subvencionado en gran parte por España. Javier, Isabel, Elíseo y yo misma acompañamos a los alumnos. Este viaje nos llevó a Barcelona, Tarragona, Valencia, Alicante, Almería, Granada, Madrid y acabamos en San Sebastián. Se desarrolló a un ritmo frenético, combinando un descubrimiento cultural de España de gran nivel con un ambiente festivo. Javier había preparado todo un dossier de trabajo en Geografía e Historia, e Isabel había añadido un dossier literario que los alumnos debían utilizar durante el viaje. Asimismo, Javier reunió a los padres de alumnos y les animó a ayudar económicamente a la sección. En aquel momento su aportación fue de 200 francos.
En
Berthier y en Balzac, se creó el Consejo de Sección Internacional, que reunía a la dirección, a los profesores, a los padres y a los alumnos. El primero en el colegio, al cual asistí, tuvo lugar el 24 de noviembre de 1987, presidido por Mme. Boiché, con miembros nombrados, no elegidos. En el liceo, con Mme. Abry, las fechas deben coincidir más o menos. Javier Merino estuvo en los dos establecimientos. En estos consejos hubo ocasión de debatir el traslado de la Sección al Balzac, decidido por el Ministerio de Educación Nacional y previsto a principios de 1987 para el comienzo del año siguiente. La opinión de Javier Merino ante las autoridades españolas fue decisiva para el traslado de la Sección al Colegio-Liceo Honoré de Balzac. A pesar del mal estado de las instalaciones en aquella época, Javier estaba seducido por el espacio disponible en el nuevo centro, que permitía la instalación de una sala propia para la sección, así como para su equipo de reprografía. Era un gran cambio en relación a Berthier, donde la sección no disponía de ningún lugar específico y donde habíamos empezado con poquísimo material. Creo también que Mme. Abry comprendió las exigencias de Javier y supo responder a sus deseos. Sabía que era una oportunidad única para el establecimiento el aprovechar la salida de Mme. Maraninchi. Además, tras el proceso de reunificación del Colegio y el Liceo, Mme. Abry llegaría a ser Proviseur del conjunto del establecimiento. Los efectivos que ella debía dirigir habían descendido más en el colegio que en el liceo y, además, el colegio Balzac debería suprimir varias plazas de profesores al año siguiente.
Si la decisión del traslado agradó a Mme. Abry,
Proviseur del Balzac, decepcionó a Mme. Boiché, que tuvo la impresión de haber sido relegada por los profesores de Berthier que sabían que este traslado, aunque evitara la pérdida de profesores en el Balzac, iba a hacer perder una decena de puestos en Berthier. Se organizó una escaramuza entre los dos establecimientos, y Mme. Boiché luchó con uñas y dientes contra el traslado. Cuando Berthier perdió la batalla administrativa, empezó otra material sobre el traslado de los libros escolares franceses y de la biblioteca española que se había formado en el Centro de Documentación del colegio. Los padres de alumnos y la embajada de España se vieron obligados a hacer valer toda su influencia para triunfar. Este conflicto tuvo para mí, así como para mis alumnos de sixième unas consecuencias directas: Mme. Boiché rechazó suprimir mi puesto, creado para las secciones antes de su reconocimiento oficial en Berthier, pretendiendo que yo no siguiera en la Sección, y me puso en una situación difícil durante dos años (por otra parte comprensible dadas las circunstancias), porque creía que la obstrucción salvaría la presencia de la sección en Berthier. Los alumnos de sixième de la sección se habían inscrito, a iniciativa mía, en un concurso patrocindo por Larousse, y habían obtenido el primer premio en París. Dicho premio consistía en una colección completa del gran diccionario enciclopédico de 24 volúmenes. La enciclopedia, llegada a Berthier, unas semanas antes del traslado, no acompañó a la Sección al Balzac. Eliseo Fuentes se encargó del traslado de los libros españoles y yo de los libros en francés. La escena final del divorcio se desarrolló en el Centro de Documentación del Colegio Berthier en un ambiente tenso. Los mismos Javier y Eliseo se encargaron personalmente del transporte.
A final de curso Javier Merino nos anunciaba su partida a San Juan de Luz, donde se había creado una Sección Internacional Española. Deseaba, por razones personales, aproximarse a España. Su partida fue muy triste para todos. Isabel Leo Berrocal se marchaba también a España, pues finalizaba su estancia de seis años.






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